26 de abril de 2018

Crónicas de la minería en territorio afrocolombiano. Francia Márquez

Francia Elena Márquez Mina, Lideró a finales del 2014, una marcha de mujeres afrocolombianas desde La Toma, corregimiento del Cauca, hasta la plaza de Bolívar en Bogotá. Ellas exigían que se detuviera la creciente explotación minera en sus territorios ancestrales. El gobierno estaba al borde de “legalizar”  el 50% del departamento como territorio minero. Desde entonces, Francia no ha cesado de hablar, estudiar, denunciar, liderar y seguir luchando por su comunidad.

Las amenazas de muerte por parte de distintos grupos armados no han detenido ni coartado sus ideales. Antes bien, ha logrado en medio de las dificultades hacer más visible la realidad del pueblo negro en Colombia. Ya el 9 de septiembre de 2015, la organización sueca Koinonia, le otorgó, el reconocimiento como: Defensora del año en Colombia. Ahora, en 2018, ha sido reconocida con el premio nobel ambiental.

A continuación, les presentamos apartes del diálogo que hemos tenido con Francia en 2015.
“Mi  familia es muy numerosa”, dice Francia, al recordar la gran olla  que ponían al fuego y de la cual comían todos juntos. De su infancia, recuerda lo difícil que fue, pues la esclavitud ha dejado huellas profundas en su comunidad. Esto se refleja en ideas como: “debes conseguir un hombre blanco para mejorar la raza; si eres más clarita tendrás mayor aceptación...” Francia soñaba casarse con un hombre blanco que tuviera los ojos verdes, porque ella no quería tener un hombre negro que fuera sinónimo de sufrimiento para sus hijos.
Francia, tiene bien claro que en sus apellidos está resumida su historia: “el apellido Márquez, tiene relación con los esclavistas que maltrataron inmisericordemente a  mi pueblo. El Mina, hace parte de mi descendencia africana”.
Ya han pasado 164 años desde que En 1851 sea abolió “oficialmente” la esclavitud en Colombia. En la mentalidad de muchos colombianos, la esclavización y el exterminio de los negros e indios es cuestión del pasado. En cambio, para las comunidades afro e indígenas, es una asignatura pendiente, pues el genocidio y sus consecuencias aún están presentes con sus actos racistas y discriminatorios.
Francia, afirma que sus antepasados no fueron “esclavos”, sino “esclavizados”, de esta forma se acentúa la acción cruel y violenta de quienes les impusieron yugos y malos tratos. Francia enfatiza con su voz las preguntas, “¿Quién quiere ser hijo de un esclavo? Si el esclavo era quien no tenía derechos. ¿Quién quiere ser hijo de una “cosa”? Si todos quieren ser hijos de quien tiene derechos y ser considerado persona y no una cosa…” Algunos decían que seguramente los negros habían hecho una cosa mala y por eso fue que los castigaron...”
Nos cuenta Francia que, La Toma, fue un asentamiento de gente negra  traída en condición de esclavitud. La mina Genima, una de las más grandes en la zona de Popayán, fue explotada desde 1635 con esclavos negros. Esto continuó cuando la mina pasó a manos de los jesuitas.
Creció en Yolombó, donde cursó su primaria, luego ingresó al Colegio Agrícola de Suárez-Cauca. De allí se retiró a sus dieciséis años al quedar embarazada. Aquellos meses trabajó en la mina. Recuerda muy bien que le tocó ir allí hasta el último día de gestación y así ganarse unos cuantos pesos para sobrevivir en los días de dieta. Su hijito nació de madrugada, la asistió su mamá que es partera; quien además le ha ayudado a criar a sus hijos porque los papás no asumieron su responsabilidad.
Después de hacer un curso técnico agropecuario en el SENA, vio que era necesario terminar su bachillerato para ingresar a la universidad en Puerto Tejada-Cauca. Decidió estudiar derecho al ver  las dificultades de su pueblo a causa del abandono estatal y en particular del inminente megaproyecto que pretendía la desviación del rio Ovejas. Con el apoyo del Proceso de Comunidades Negras – PCN, la comunidad de La Toma, logró denunciar y detener la desviación del río, lo cual hubiera causado un daño medio ambiental irreparable en la región.
A raíz de las amenazas que ha recibido, su familia le pide que no se arriesgue más, le dicen: “mire que a usted la matan y los dos primeros días la gente dice: qué pesar, pero después la olvidan, igual que pasó con Genaro García, todos muy conmovidos los primeros días pero luego todo seguirá normal… Bueno, -dice Francia-, pero también, a veces me digo, si uno no hace lo que hay que hacer, ¿entonces quién lo hará?”.

1 comentario:

  1. La discriminación se da en todas las familias Colombianas. Es ignorancia, soberbia y falta de humanidad.

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