Juan García Salazar ha trabajado desde hace 50 años en la investigación y levantamiento de etnografías para la conceptualización de lo que significa el afrodescendiente ecuatoriano. “Ha aportado a la construcción de una cultura ecuatoriana diversa, incluyente, tolerante y también una cultura crítica consigo mismo”, explica Gabriel Cisneros, vicepresidente de la Casa de la Cultura.
Por: Ana Cristina Alvarado
Gabriel Cisneros, vicepresidente de la Casa de la
Cultura, entregó el reconocimiento a Juan García Salazar. Foto: Cortesía Casa de la Cultura. |
García, en una entrevista vía telefónica desde Esmeraldas
con EL COMERCIO, se define a sí mismo como el obrero del proceso de las
comunidades negras. El ‘Maestro Juan’, como se lo llama, considera que el
reconocimiento realmente es para el colectivo que empezó en la década de los 70
a trabajar por la recuperación de la memoria afrodescendiente. Historiador por
la John Hopkins University, fue uno de los protagonistas en la recopilación y
resguardo de los saberes que estaban guardados en la memoria colectiva de las
comunidades de Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Loja.
Este proyecto consistió en evitar que la cultura oral del
pueblo afroecuatoriano se pierda a través de un trabajo de campo que consistió
en conversar con los ancianos de las comunidades. La historia, los cuentos y
las leyendas fueron grabados en cintas magnetofónicas. Estos audios y miles de
imágenes están guardados en el Fondo Documental Afroandino, resguardado por la
Universidad Andina Simón Bolívar.
La investigación también resultó en
publicaciones como ‘Papá Roncón, historia de vida’ o ‘Cuentos y décimas
afroesmeraldeñas’. Así, García Salazar le dio voz al pueblo afroecuatoriano y
lideró la inclusión, que más tarde resultaría en un precedente que se plasmó en
la Constitución de 1998. En ese documento se reconoció los derechos humanos de
los pueblos afrodescendientes y se hizo un compromiso por conservar su cultura,
historia y territorios. “No solo hay investigación por parte de Juan García,
sino también eleva un discurso social y político en la dignificación del pueblo
negro”, indica Cisneros.
El vicepresidente de la Casa de la Cultura dice,
además, que es fundamental entender el trabajo del historiador en un tiempo y
un territorio con fuertes vetas de racismo. García puso en el tapete la
discusión sobre la equidad.
Ahora, el historiador está revisando la investigación,
poniendo en orden las fichas y las entrevistas y haciendo apuntes para dejarle
el encargo a las generaciones venideras. “Estamos esperando que los jóvenes se
desencanten de las ofertas del Estado”, expresa García. La diferencia con la
década de los 70, señala, es que en esos años los jóvenes afros estaban
interesados en autorrepararse. “Los mayores nos habían dicho que los
esclavistas nunca nos van reparar, que tenemos que nosotros hacer el esfuerzo
por sanarnos”, dice.
García espera que haya un quiebre en la sociedad para
continuar con los procesos para acabar con el racismo. Barbarita Lara, Lindberg
Valencia e Iván Pabón son algunas personas que están dándole continuidad a este
objetivo, según García. La escritura y las nuevas tecnologías son una fortaleza
en la actualidad, finaliza.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL
COMERCIO en la siguiente dirección:
http://www.elcomercio.com/tendencias/juangarcia-historiador-afrodescendencia-homenaje-casadelacultura.html.
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