El escaso interés y tratamiento de la historia de la migración afro en nuestro país ha impedido comprender de mejor forma lo que ha sido la reivindicación de las comunidades afrodescendientes en ciudades como Arica, una zona multicultural y multiétnica.
Por qué se reniega de estos orígenes y cómo es que esto influye en las
relaciones sociales a partir de la discriminación y la violencia serán algunos
de los temas del taller "Educar contra el racismo" que comienza este
24 de enero en el marco de la Escuela de Temporada en Arica.
“La diversidad es un tema
constante en la región de Arica y Parinacota”, señala Carlos Mondaca, académico
de la Universidad de Tarapacá, cuando se prepara a explicar lo que fueron las
primeras migraciones afrodescendientes en la zona más septentrional de Chile y
que, a diferencia de lo que muchos piensan, comenzó hace más de 400 años, en el
siglo XVII.
“En Arica desde muy temprano
hubo bastante población afrodescendiente, ésta llegó con los españoles en
condición de esclavitud y significó un mestizaje importante en esta zona”,
cuenta Mondaca apoyándose en los datos del censo de 1614 ordenado por el
Marqués de Montesclaros, donde ya figuraban 1300 personas afrodescendientes y
sólo 410 españoles. “Uno ve que paradójicamente a lo que se podría pensar,
había más gente afro que españoles o población indígena”, continúa el
académico, haciendo hincapié en lo que otros historiadores también han llamado
como “un Arica negro” hasta un periodo muy tardío.
El silencio y la negación de
estos procesos dentro de la historia nacional impiden comprender de mejor forma
lo que ha sido la fuerte reivindicación que hoy trabajan las comunidades
afrodescendientes en ciudades como Arica con el fin de hallar un reconocimiento
identitario. “Mucha de las personas antes de llamarse ‘afros’ tenían también
identidades locales asociadas a sus pueblos acá en Arica, especialmente con el
Valle de Azapa donde ellos mismos se presentaban como “azapeños”. Pero ahora lo
que sucede es interesante porque esa configuración vuelve bajo una emergencia
política mayor, es decir la reivindicación de lo afrodescendiente”, cuenta
Mondaca.
La multiculturalidad de
Arica se expresa en un importante acervo cultural construido a través de largos
años de tradiciones, costumbres y danzas, las que fueron permeadas también por
la llegada de esta población que se inició en esclavitud y que se volvió
habitante de los valles y de las costas, que convivió con lo hispano, con lo
peruano y ha sido parte de la población chilena. No obstante, ha sido su
invisibilización histórica en gran parte del territorio, lo que ha dificultado
el reconocimiento como etnia de la población afrodescendiente y ha fortalecido una
discriminación que emerge de la ignorancia y que hoy aflora con mayor fuerza
frente a la llegadas de nuevos inmigrantes afrolatinoamericanos.
Para la académica de la U.
de Chile María Emilia Tijoux, la inmigración afrolatinoamericana a nivel
nacional hoy está en un lugar negado a raíz de un racismo arraigado en la
población chilena. “Está muy vinculado al establecimiento del Estado-nación
chileno, al deseo de blancura y desarrollo europeo. Regresa el fantasma de la
colonia y el fantasma de la esclavitud, este lugar tan terrible que tuvo la
gente que trajeron de África y que llegaron a Chile”. Y agrega, “hemos podido
observar que en la frontera no es lo mismo cuando llegan inmigrantes
afrodescendientes, independientemente que lleguen por concepto de refugio o
simplemente por inmigración debido a la pobreza o por nuevos rumbos en la vida,
el trato que se le da por parte de personas de frontera es muy malo. Es más,
vemos que se da con todo aquel o aquella que porte la diferencia en su cuerpo”.
En ese sentido, Tijoux
aclara que es aquí donde se expresa que la ley de migración que aún está
estancada es necesaria pero no suficiente para resolver el tema del racismo en
el país. “La ley permitiría ordenar muchas de las privaciones e irregularidades
que hoy viven las personas migrantes, no obstante, éste es un tema que está
arraigado en nuestra historia y está naturalizado en nuestro sentido común y
cotidiano”. Frente a ello, la académica apunta a una educación contra el
racismo, una que permita indagar en nuestra propia historia respecto a de dónde
viene este tipo de violencia y desde ahí erradicarla.
Por ejemplo, Carlos Monda
explica que existe una práctica de discriminación invisibilizada dentro de los
colegios, la cual que ocurre en el propio discurso de integración. “Hay un
discurso de integración que se da muy bien, pero que luego cuando empiezas a
profundizar y ver temas más particulares como la historia, la geografía y la
cultura, aparece otra versión oculta respecto a cómo el nacionalismo los
excluye y no los deja tener su propia visión de la historia si no se asimila al
propio concepto nacional”.
Tanto María Emilia Tijoux
como Carlos Mondaca serán parte del taller “Educar contra el racismo” de la
Escuela de Temporada que se realiza en Arica del 23 al 27 de enero, organizada
por la U. de Chile en alianza con la U. de Tarapacá y el Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes.
El encuentro busca abordar
la historia y situación de la migración en Chile trabajando de manera
particular el contexto de la región. “En ese sentido abordar elementos
históricos de lo que ha pasado en el norte, de estas migraciones antiguas de
las que nadie habla porque nadie nos las enseñó; pero también de las
características propias que tiene la vida cotidiana de los migrantes con
chilenos y chilenas en esta zona. Además, claro, de hacer reflexionar a la
gente que venga sobre las actitudes que tenemos con las personas migrantes,
tratar de buscar de dónde vienen, por qué se fortalecieron, con el propósito
también de pensarse”, advierte Tijoux.
Texto: María Jesús Ibáñez - VEXCOM
Lunes
23 de enero de 2017
Artículo tomado de: https://networkofcenters.net/news/migraci%C3%B3n-afrodescendiente-en-chile-una-historia-de-m%C3%A1s-de-400-a%C3%B1osb
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