Con un acto realizado en el Teatro Nacional, Costa Rica vivió este pasado 24 de marzo la inauguración oficial del Decenio de los Afrodescendientes del 2015 al 2024, actividad con la que se pretende visibilizar la herencia y riqueza de este.
La actividad fue presentada por Quince Duncan, nombrado por esta administración como Comisionado de Asuntos de la Comunidad Afrocostarricense
A continuación presentamos el texto original del discurso de Quince Duncan.
Dr. Quince Duncan
Honoris Causa, Universidad de St. Olaf
Comisionado presidencial para asuntos de la afrodescendencia.
Señor
Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, Señora Primera
Dama, doña Mercedes Peñas Domingo, Señores Vice Presidentes, autoridades de
gobierno, Cuerpo Diplomático, representantes de los Poderes del Estado
costarricense, Alcaldes y alcaldesa, comunidad afrodescendiente, estimadísimo
señor don Pastor Elías Martínez, comisionado de la Comisión para la eliminación
de la discriminación racial de la ONU; Compatriotas
costarricenses representantes de nuestra diversidad, Amigos y
amigas.
Esta
noche están con nosotros nuestros ancestros. Puedo
sentir el espíritu de Benkos Biojo, creando en Colombia el Primer Territorio
Libre de América; el espíritu de Yanga, peleando en México por su libertad de
San Lorenzo; el espíritu del garífuna Joseph Chatoyer, garínagu; el espíritu de
Antón Congo en Panamá; sé que está entre nosotros el espíritu de Nanny, la
reina ashanti de Jamaica; no tengo duda que está con nosotros también Marcus
Garvey, reclamando como suyo todos los descendientes de los africanos en diáspora;
el espíritu de nuestro hermano Juan, Juan Santamaría, el irizo; puedo escuchar
en la voz sonora de Imani, el espíritu desgarrador de Sorjourner Truth; percibo el conmovedor discurso de Zumbi
de los Palmares, fundador del primer estado independiente de las Américas en el
corazón de Brasil; sé que combate con nosotros el inmortal Tousant de L’Overture
liberando al legendario Haití.
Yes, this night, at this very
moment, I would like to say thanks to all of our ancestors, because if it was
not for them… if it was not for them none of us would be here tonight; we were
supposed to be dead, we were programed for extinction.
En el año
2000 cuando nos entrevistamos con la entonces Comisionada de los Derechos
Humanos de la ONU, a ella le costó entendernos. ¿Gente negra en América Latina?
Es decir, Brasil… o el Caribe, pero no en América Latina. Y después, gente
negra en Turquía, en la India, en Afganistán, en Argentina, en El Salvador…
imposible. No existíamos. No teníamos nombre. Éramos acaso un color de piel,
una posesión devaluada, que antes se podía comprar y vender y ahora ni eso. Y
fue entonces, por primera vez en la historia, que nos pusimos un nombre en
Santiago de Chile y Durban lo acogió: somos afrodescendientes.
It was a terrible trick that they
play on us when they brought us to this Continent. They put the Mandinga
people, and the Ashanti people, and the Yoruba people, all of them together, a
forceful together. And like the calypso song says: they didn´t give a damn,
since we was done dead already.
They put us all together and them
put a big name on us: them say, you must forget about your forefathers, forget
about your land, forget about your culture and tradition, forget about your
children, forget about your dreams, forget about your humanity; from this
moment on you name is Negro.
Y
crecimos así, “negro” agredido, por cierto, pero “negro” combativo. “Negro” garífuna
creando su propio estado en St. Vincent. “Negra” de garra y colmillo,
arrebatando poder de los ingleses en Jamaica. “Negro” vencedor, creando un
reino en Brasil. “Negro” vencedor sembrando una república libre en Haití.
Soldadas
de la independencia, Micaela, la esposa afro de Tupac Amaru II, luchando en el
Cusco por la libertad de América; Juana Ramírez, la Avanzadora, aquella
venezolana valiente guerreando por tumbar imperios; sí, y claro, María Remedios
del Valle, la heroína afroargentina militante en el Batallón Andaluz en defensa
de Buenos Aires frente a la invasión británica y también está con nosotros la
cubanísima voz de Mariana Grajales Cuello.
Sé que
están aquí, afrodescendientes al fin, resurrectas en la palabra en nuestra
palabra, rescatadas del olvido de la historia oficial de sus países, vivas en
nuestra memoria, inmortales. Mujeres inmortales. Ancestras benditas.
And yes, of course miss Anna,
brave miss Anna, working herself to the very backbone, so that her children
could live. Miss Vira, Miss Alice, Miss Grace… Sometimes, plough in hand,
sometimes shovel, sometimes a gun, sometimes a machete, and sometimes a prayer
or a hymn. Singing songs of hope, just like the ones Imani sung for us tonight.
Por eso
esta noche quiero reclamar al gran Bob Marley, con sus cantos de redención. “Viejos
piratas que me robaron/y me vendieron a los barcos mercaderes/minutos después
de sacarme/del fondo de la bodega” (..)
Quiero
emanciparme de la esclavitud mental/porque sé que nadie más que yo mismo puede liberar mi mente…
Queridos
costarricenses. Queridos afrocaribeños. Queridos afrodescendientes. Queridos
compatriotas, hijos de la diversidad de nuestra nación. Ayúdenos a proclamar en
este decenio a la Costa Rica pluralista, a la Costa Rica multicultural, a la
Costa Rica en que quepamos todos.
Señor
Presidente… tomo aire para seguir la lucha por la libertad, por la equidad, por
la plenitud, tomo aire y me comprometo a entonar en la medida de mis
posibilidades, estas canciones de libertad.
Because, Mr. President, I am
fully aware of the fact that while the United Nations has extended its hand,
full liberation will only come to us and to our children if we take advantage
of the situation and use it to run our own show.
Sí, esta
noche están con nosotros nuestros ancestros. No tengo duda. Puedo sentir el espíritu
Chatoyer, de Nanny, de Garvey, reclamando como suyo a todos los descendientes
de los africanos en diáspora; puedo escuchar en la voz sonora de Imani, el espíritu
desgarrador de Sorjourner Truth y percibir el eco de las palabras de Zumbi de
los Palmares.
Y espero
que ustedes, todos ustedes, puedan escuchar esas voces y entonen conmigo un
bravío canto de libertad…
Emancipate yourselves from mental
slavery;
None but ourselves
can free our minds.
Thank you.
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