El CENTRO AFRO-CAEDI, en su tarea de acompañar a los pueblos afrodescendientes en América Latina y el Caribe, les comparte el siguiente texto que nos ayuda a conocer y profundizar la historia y caminar del pueblo afrochileno.
Tomado de el www.mostrador.cl
Cerca del 30 por ciento de los habitantes de América Latina corresponden a afrodescendientes, y a diferencia de lo que ocurre en otros países de la región, el nuestro (Chile) es uno de los pocos que ha tenido escaso avance en su reconocimiento formal que les permita identificarse como un pueblo con sus respectivos derechos legales, sociales y culturales.
En Chile no sabemos cuántos afrodescendientes existen. Sólo en Arica cerca de 8 mil 500 personas son de origen afrodescendiente, lo cual corresponde a un 4,7 por ciento del total de los habitantes de la región, así lo reflejó en su momento la primera encuesta de caracterización de la población afrodescendiente que fue aplicada en la XV Región de Arica y Parinacota por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el 2013.
Si
bien los datos corresponden a una primera medición, para las diversas
organizaciones afrodescendientes ha sido el primer acercamiento de un lento y
fallido reconocimiento que ha tenido el Estado chileno para esta población que,
en su mayoría, viven en la ciudad de Arica y en los valles de Lluta y Azapa,
ubicados en la zona norte del país.
En el
año 2000 aparecen las primeras organizaciones afros comandadas por Oro Negro y
el comprometido trabajo de las hermanas Sonia y Marta Salgado. Luego se creará
Lumbanga y Tumba Carnaval. En el 2011 es reconocida la Agrupación Adulto Mayor
Afrodescendiente “Julia Corvacho Ugarte” como “Tesoros humanos vivos” de Chile
por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA).
“Es
allí donde alrededor de cincuenta adultos mayores se han preocupado de rescatar
su cultura de procedencia, que durante el siglo XX estuvo cerca de desaparecer.
Gastronomía, carnavales y bailes típicos se toman la ciudad nortina cada año
para celebrar sus orígenes con alegría y ritmos africanos. Buscando reivindicar
el lugar de estas tradiciones en nuestra cultura, e intentando visibilizar a
sus cultores”, según se indica en su sitio web.
Pese a
ello, una de las peticiones formales para poder avanzar en esta materia fue la
solicitud, con respuesta negativa, que hizo la agrupación Cultural Oro Negro
Afrodescendientes Chilenos de Arica, durante el gobierno de Sebastián Piñera,
con la intención que se agregara la variable afrodescendiente en el censo del
2012 y al parecer tampoco serán considerados en el Censo Abreviado de 2017,
decisión que tras décadas de lucha por el reconocimiento, no tiene mayor
explicación por parte de las actuales autoridades del INE.
Lo
preocupante es que cerca del 30 por ciento de los habitantes de América Latina
corresponden a afrodescendientes, y a diferencia de lo que ocurre en otros
países de la región, el nuestro es uno de los pocos que ha tenido escaso avance
en su reconocimiento formal que les permita identificarse como un pueblo con
sus respectivos derechos legales, sociales y culturales.
“Esto
tiene que ver con la cultura y no necesariamente con el color de la piel”,
sostiene Luis Campos, Doctor en Antropología Social, quien abordó el tema en el
ciclo de conferencias “Antropologías del Sur. Patrimonio e Identidad”,
organizado por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y la
Municipalidad de Providencia.
Campos,
desde el 2003, viene trabajando el tema junto a estudiantes de la misma casa de
estudio, concluyendo actualmente un estudio que precisamente apunta a la
generación de datos relevantes que permitan enmarcar las políticas públicas con
afrodescendientes, como así mismo, apoyar los procesos legales en torno a su
reconocimiento como un pueblo distintivo, con sus respectivos derechos
culturales asociados.ciclo conferencias
Sobre
la procedencia de esta población “hay indicios de que estas personas eran
traídas de África, o pasaron por un proceso de evangelización, por lo tanto
eran enviados desde España hasta Brasil, y luego hasta Chile o el Perú”, lo que
significa que la mayoría se quedó en el norte, por eso las personas del Valle
de Azapa y Lluta reclaman ser reconocidas”, explica Campos.
En el
proceso de acercamiento de este reconocimiento se han presentado algunos
cuestionamientos con relación a su condición originaria, según enfatiza el
antropólogo “ellos si bien no son pueblos indígenas, fueron igualmente víctimas
de una trata transatlántica que los despojó de su territorio por imposición
europea y los alejó a miles de kilómetros de distancia de su hogar”.
Específicamente se refiere a que en una última solicitud de reconocimiento
enviada a la Presidenta Bachelet, el trámite se remitió al Consejo Técnico de
Política Migratoria, integrado entre otros por el Ministerio de Relaciones
Exteriores, incluyendo a los afro en la misma problemática de los migrantes
actuales. Además, no solo las instituciones se han opuesto a reconocer sus
derechos como pueblo, por lo demás amparados en el mismo Convenio 169 de la
OIT, sino que lo mismo han hecho algunos pueblos originarios que no quieren
incluir a los afrodescendientes en el mismo nivel y con los mismo derechos que
ellos.
“Es
importante destacar la contribución que han hecho los afrodescendientes por
años al desarrollo del país tanto en el ámbito económico, social y cultural, lo
cual debe ser reconocido”, manifestó Luis Campos.
Antropología,
patrimonio e identidad
El
tema abordado por el antropólogo Luis Campos en la conferencia “Chile Negro.
Afrodescendientes en el camino del reconocimiento”, fue el punto de partida del
ciclo “Antropologías del Sur”, el cual se extenderá hasta el 27 de agosto en
dependencias de la Casa de la Ciudadanía Montecarmelo (Bellavista 0595.
Providencia).
La
jornada, abierta a todo público, continúa este jueves 30 de julio (19:30 hrs)
con la intervención de la antropóloga y Doctora en Estudios Americanos,
Francisca Fernández, quien abordará la “Geografía sagrada de Santiago: cerros y
huacas como referentes identitarios”, en cuya presentación expondrá los
principales hitos y repertorios interpretativos que configuran una sacralidad
territorial desde la cosmovisión andina, recogiendo el uso y la significación
que hoy tanto organizaciones indígenas como colectividades de danza y música
andina despliegan en estos espacios.
Próximas
conferencias: (6 de agosto) “Rutas de la migración humana a Rapa Nui: la mirada
a través de la genética de una planta”, Andrea Seelenfreund; (13 de agosto)
“Ella quiere transformar. Igualdad, subjetividad y participación en estudiantes
universitarias”, Carmen Gloria Godoy; (20 de agosto) “Desmontando el
patriarcado: la emergencia del feminismo mapuche en Chile”. Claudia Arellano; y
(27 de agosto) “Neoliberalismo, medio ambiente y desigualdades. Una mirada
antropológica del Chile contemporáneo”. Mayarí Castillo.
Tomado de: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2015/07/29/afrodescendientes-en-chile-en-camino-al-reconocimiento/
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