El señor obispo de la Diócesis de Apartadó, el presbiterio y los equipos misioneros de las parroquias de la Diócesis expresan su solidaridad y respaldo a las comunidades del bajo Atrato del Departamento del Chocó, que adelantan el proceso de devolución de las tierras que les fueron usurpadas por los grupos ilegales y poseedores de mala fe. Además hacemos público el rechazo por el asesinato del señor Manuel Ruiz, líder campesino comprometido en la defensa de la tierra de su comunidad y de su hijo de 15 años, cometido por criminales que atentan contra este importante proceso de reparación de las víctimas en su legítima aspiración a permanecer en su propia tierra y en la construcción de sus proyectos de vida.
Recientes acontecimientos como el paro armado decretado por los frentes 57 y 34 de la guerrilla de las FARC-EP, el asesinato de la señora Luz Marina Córdoba Martínez en el corregimiento de Bocas de Tamboral por miembros del frente 57, el ataque con cilindros bomba al barco de la infantería de la Marina, ubicada en Domingodó, los enfrentamientos con el ejercito en la cuenca del Salaquí, las amenazas y la inseguridad crean un ambiente hostil que no favorece en nada el proceso de devolución de tierra a sus legítimos dueños y llena de zozobra y desestabiliza los esfuerzos de las comunidades que quieren vivir y trabajar en paz. La situación de vulneración de los derechos fundamentales coloca a los habitantes en alto riesgo de nuevos desplazamientos forzados, con las terribles consecuencias que por experiencias no lejanas todos conocemos.
El gobierno nacional que adelanta el proyecto de reparación de las víctimas y la restitución de tierras debe resolver el tema de seguridad para los campesinos y garantizar todos los demás derechos ciudadanos, tarea fundamental de su competencia institucional. Es hora de pasar de la propaganda a las medidas eficaces que haga justicia con estas poblaciones que históricamente sufren por el abandono estatal, sumidas en la pobreza y bajo el despotismo y crueldad de los actores ilegales.
Hacemos un vehemente llamado al gobierno Colombiano para que implemente todas las medidas necesarias que protejan efectivamente a quienes generosamente exponen sus vida y se comprometen de lleno en sacar adelante las propuestas del gobierno y la aplicación de sus leyes.
Nuestros sentimientos de condolencias par las familias de estos amigos, Don Manuel y su hijo, y para todas los demás familias de tantos ciudadanos nobles, que han caído víctimas de los enemigos de la paz. Los animamos con la Palabra de Dios que en este tiempo de cuaresma nos llama a volver a El con un corazón nuevo, como preparación a la pascua que se acerca. Que sea para todos una verdadera pascua de resurrección, avivando nuestra fe en el Señor Jesús que ha venido a traernos vida y una vida en abundancia.
Apartadó, marzo 31 de 2012
+ Luis Adriano Piedrahita Sandoval
Obispo de Apartadó
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