15 de septiembre de 2009

Haciendas y esclavos en el Cauca

La antigua Hacienda de la Bolsa o la Casa de los Esclavos se ubica en el Municipio de Caloto, a unos 112 kilómetros de Popayán.  Al municipio lo fundaron familias huidas de la Hacienda de La Bolsa, como los Possú, Maquilón, Gómez y Viáfara, descendientes de esclavos.  En la actualidad, la propietaria es una familia González de Cali.  La cuida un mayordomo hospedado con su familia en la misma casa patronal.  Los visitantes son bien acogidos y se les ofrece las informaciones que están al alcance. En las cercanías está el cementerio de los esclavos, rodeado de pastos para ganado y alambradas.

La población colonial más importante de la región, Caloto, la fundaron los españoles en el siglo XVI.  En su plaza principal, como en muchas plazas de fundación española, está un santuario mariano muy popular y la sede de la Alcaldía.  Si se continúa por la carretera asfaltada, a pocos kilómetros se encuentra Japio, una hacienda famosa por su historia y sus recursos.  Durante la Colonia perteneció también a los padres jesuitas; cuando se les expulsó en 1767, pasó a manos del gobierno colonial.  En 1775 fue rematada y la adquirió la familia Arboleda de Popayán.  En esta ciudad existió el mercado de esclavos más importante de la región, alimentado por la trata negrera.  La entrada oficial y obligatoria fue por el puerto de Cartagena de Indias.

Algunos pueblos de la región fueron separados de Caloto, como Santander del Quilichao, Villa Rica y Puerto Tejada.  La mayor parte de las tierras pertenecieron a las grande haciendas esclavistas de Japio y de La Bolsa, todavía ocupadas con cultivos de maíz, arroz, caña, pastos y la extracción de oro.  Esta última es una actividad antigua, los indígenas habían denominado uno de los pueblos más importantes precisamente Quilichao, ‘tierra del oro’.

La vida de la hacienda se desenvuelve alrededor de la casa grande de dos pisos, rodeada de caballerizas, un salón donde funcionaba el trapiche, el acueducto que llevaba el agua para la molienda de la caña, la cocina, y otros edificios que reemplazaron la Iglesia dedicada a Nuestra Señora de Loreto.  Lo que más ha permanecido en la memoria popular es la sala de los castigos, “con manchas de sangre en las paredes”.

Su ubicación estratégica hizo que la hacienda Japio fuera visitada por personalidades ilustres, como Humboldt y Simón Bolívar.  Sus tierras, plantaciones y ganado engendran fuentes de trabajo para los habitantes de la región.

La hacienda Japio ha sido declarada monumento nacional y es meta de estudiosos, estudiantes y turistas.


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Estates and slaves in Cauca
 
The former estate ("hacienda" in Spanish) of La Bolsa or the House of Slaves is located in the municipality of Caloto, about 112 kilometers from Popayán. The municipality was founded by families fled from La Bolsa estate, as Possú, Maquilón, Gómez and Viáfara, descendants of slaves. At present day, the owner is a Gonzalez family in Cali.  The butler takes care of his family stayed in the same house management. Visitors are welcome and are offered the information that are available. Nearby is the cemetery of slaves, surrounded by pastures and fences.

The most important colonial population of the region, Caloto, was founded by the Spaniards in the sixteenth century. In the main square, as in many places founded by the Spanish, is a very popular Marian shrine and the City Council. If you continue along the paved road, a few kilometers away is found Japio, an estate famous for its history and resources. During the colonial period it also belonged to the Jesuits; when they were expelled in 1767, it was taken over by the colonial government. In 1775 he was crowned and purchased by the Arboleda family of Popayán. In this city there was the largest slave market in the region, fueled by the slave trade. The official entry and binding was through the port of Cartagena de Indias.

Some towns in the region were separated from Caloto, as Santander of Quilichao, Villa Rica and Puerto Tejada. Most of the land belonged to the large estates La Bolsa and Japio, still filled with corn, rice, and sugar cane crops, grazing and gold mining.The latter is an ancient activity, the Indians had called one of the most important towns just Quilichao, 'land of gold'.

The life of the farm revolves around the large two-story house, surrounded by stables, a lounge that operated the mill, the aqueduct that carried water for grinding the cane, cooking, and other buildings that replaced the Church dedicated to Our Lady of Loreto. Thing that has remained in popular memory is the punishment room, "with blood stains on the walls."

Its strategic location made the hacienda Japio was visited by illustrious personalities such as Humboldt and Simón Bolívar. Their lands, plantations and cattle breed jobs for the inhabitants of the region.

The Japio estate has been declared national monument and is popular with scholars, students and tourists.


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