10 de mayo de 2018

La diversidad étnica y el censo nacional de población

Organizaciones sociales y académicos adelantan una campaña de sensibilización sobre la importancia de responder “soy raizal, palenquero, negro o afro” en la actual medición estadística. Las políticas públicas para pueblos históricamente discriminados dependen en gran parte de eso.

foto: renacientes.net

María Alejandra Medina. El Espectador

Imagine el censo de población como una fotografía del país. La imagen mostrará cuántos somos, en dónde estamos, qué tan diversa es la población y cómo ha cambiado la foto con el paso del tiempo. La última medición de este tipo se hizo hace 13 años.

Tener los resultados es clave a la hora de hacer planeación y formular políticas para, entre otras cosas, atender a grupos históricamente discriminados, como los étnicos, que gozan de derechos como la consulta previa y que cuentan entre la población víctima del conflicto armado. No en vano, varias organizaciones han descrito el ejercicio estadístico como “el censo de posconflicto”, fundamental para la implementación del Acuerdo de Paz.

Si usted no hizo el censo virtual de población, ni el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) ha tocado a su puerta aún, algo que debe saber es que una de las preguntas que le harán tiene que ver con el autorreconocimiento étnico. Es decir, si usted se considera indígena; gitano o rrom; raizal; palenquero; negro, mulato, afrodescendiente o afrocolombiano, o ninguno de los anteriores.

Para algunos podrá parecer muy fácil, pero, debido al racismo que ha existido y que persiste, muchas veces decir, por ejemplo, “soy negro” requiere de una dosis de valentía. Afirmarlo, hacerse contar, sin embargo, es fundamental, según las organizaciones sociales, para que el Estado sepa dónde focalizar sus acciones, llevar salud, educación, vivienda, entre otros, y cerrar brechas o desigualdades.

En relación con las multinacionales, como afirma Claudia Mosquera, del Grupo de Investigación sobre Igualdad Racial, Diferencia Cultural, Conflictos Ambientales y Racismos en las Américas Negras (Idcarán), de la Universidad Nacional, la información es útil a la hora de identificar la presencia de grupos étnicos y saber cuándo es necesario garantizar el derecho a la consulta previa sobre un proyecto.

El Idcarán es parte de la Mesa Interétnica Censal, un espacio conformado por organizaciones y universidades que desde hace alrededor de cuatro años han estado pendientes del desarrollo del censo de población, que se esperaba que comenzara en 2016. Pero, por asuntos presupuestales, entre otros, la medición no arrancó antes del año en curso.

Ese grupo, el Proceso de Comunidades Negras (PCN), el Movimiento Nacional Cimarrón, la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA), la Universidad del Valle y el Observatorio de Discriminación Racial de la Universidad de los Andes, se encuentran ahora en la etapa de “sensibilización” respecto al censo. Esto es: insistir en la importancia de autorreconocerse a través de una pregunta que sólo puede responder cada uno, no el censista.

La campaña dirigida a las comunidades afros y que esas entidades emprendieron por iniciativa propia desde enero consiste, entre otras cosas, en la difusión de material audiovisual a través de redes sociales y la comunicación por medio de perifoneo y radio y televisión locales, muy importante en los territorios, de acuerdo con Mosquera.

Para Dora Vivanco, vocera de CNOA, generar conciencia de que “estamos en modo censo” es particularmente importante teniendo en cuenta que el operativo estadístico coincidió con la época electoral. El objetivo es evitar el riesgo de que “se desvíe la atención de la importancia del censo”. Agregó: “Colombia es un país diverso, y en esa diversidad el pueblo afrocolombiano, negro, raizal y palenquero también es muy diverso y hay que visibilizarlo”.

Entre los desafíos que enfrenta el operativo, dicen, está la seguridad física por cuenta de la presencia de actores armados en los territorios, así como la desconfianza que las personas pueden tener respecto al censo en medio de conflictos, como las denominadas “barreras invisibles”, tanto en el campo como en la ciudad.

Sobre lo primero, el DANE ha resaltado el acompañamiento de entidades como la Policía, el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea en el operativo. En cuanto a la generación de confianza, no es nuevo que la Ley de Reserva Estadística establece que la información que cada ciudadano da es secreta y que los resultados sólo se presentan como resúmenes numéricos. Para verificar la identidad del funcionario que lo va a censar, además, es posible consultar con el número de cédula en censo2018.dane.gov.co o llamando a nivel nacional al 018000 912002, según ha informado el DANE.

Asimismo, esa entidad ha estado al pie de la campaña nacional de sensibilización sobre la importancia del censo para los grupos étnicos, que se concertó en la consulta previa del operativo (una campaña diferente a la mencionada antes). Lo anterior, a través de la entrega de materiales impresos, de un spot de televisión que saldrá al aire en los próximos días y de la promoción de la difusión de cuñas de radio a través de las emisoras del Ejército y la Policía.


Se trata, entonces, de un esfuerzo que no es menor o de interés de unos pocos. En el censo del 2005, el 10,6 % de la población colombiana se autorreconoció como negra, raizal, palenquera o afrocolombiana. Sin embargo, investigadores que han participado en la campaña promovida por el Idcarán y CNOA, entre otros, han calculado que la población puede ascender al 25 %. La motivación de responder “sí, soy negro”, sin duda, será determinante en la cifra final.

Tomado de: https://www.elespectador.com/economia/que-tienen-que-ver-el-censo-y-la-diversidad-etnica-del-pais-articulo-754411