1 de junio de 2012

Haití solicita a RD respetar inmigrantes


El embajador de Haití en la República Dominicana, Fritz Cineas, solicitó a las autoridades dominicanas que garanticen y respeten los derechos humanos de los inmigrantes de su nación.

En un comunicado, manifestó que esas normativas están "por encima de cualquier estatus migratorio".

Reconoció la "gran labor" de entidades internacionales, obispos locales, de EE.UU., México, Centroamérica y el Caribe, que han manifestado de manera pública que hay que prestar atención a los haitianos y normalizar la situación de los hijos de éstos nacidos en el país.

Se puso a disposición para colaborar "más intensamente con las autoridades locales para contribuir conjuntamente al orden migratorio y en todo caso, evitar que se produzcan situaciones de abusos en los trámites documentales y deportaciones abruptas de ciudadanos haitianos".

El diplomático reaccionó de esa manera luego de organizaciones defensoras de los haitianos denunciaran el martes en su oficina supuestos atropellos contra los haitianos que residen en la República Dominicana.

Entre las supuestas mencionaron la violación de los derechos humanos de los inmigrantes haitianos en los operativos de deportaciones así como el cobro retroactivo de impuestos por parte de la Dirección General de Migración, medida que afecta particularmente a la población estudiantil.

También la alegada negación del Director de Migración a firmar las solicitudes de residencias, ya sean provisionales o permanentes.



30 de mayo de 2012

Declaración de la Mesa Afrocolombiana de los Montes de María - Carmen de Bolívar, Colombia



En la ciudad de El Carmen de Bolívar, Departamento de Bolívar, las organizaciones y comunidades convocadas por la mesa afrocolombiana de los Montes de María, de los municipios de Zambrano, San Cayetano, San Jacinto (Las Brisas y El Paraíso), Ovejas, Los Palmitos, El Carmen de Bolívar (Red de Mujeres de los Montes de María, Grito Montemariano, Comité de Víctimas y Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María), apoyados por al PNUD y la Fundación Red Desarrollo de los Montes de María, el NDI (Instituto Internacional Demócrata), reunidos en el Quinto Encuentro Cultural Afromontemariano, el día 30 de mayo del año 2012 en el auditorio del Club de Leones, emite la siguiente declaración y conclusiones:
1) Rechazar en forma contundente, las amenazas y hostigamientos a que vienen siendo sometidos los líderes y las lideresas de los procesos organizativos afrocolombianos, y en especial las del movimiento de víctimas y restitución de víctimas, por parte de actores armados ilegales.
2) Solicitamos a los organismos de derechos humanos y al gobierno nacional en cabeza del señor Presidente de la República, la Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo en todas sus instancias regionales, así mismo al señor Alcalde Municipal Francisco Vega, para que dispongan las medidas de seguridad pertinentes, que garanticen el ejercicio pleno de las funciones de las y los defensores de derechos humanos.
3) Revisar el concepto de tenencia y conservación de la tierra, establecido en la Ley 70 de 1993 y demás normas concordantes, con base en los bloques de constitucionalidad, en forma concreta, revisar el concepto de territorio baldío porque desconoce bloques de constitucionalidad contenido en el ordenamiento legal, como el Uti Posidetis Juris: no es justo que el gobierno nacional le exija esta norma al gobierno de Nicaragua sobre San Andrés, pero no lo reconozca cuando se trate de poblaciones afrocolombianas e indígenas.
4) Revisar los contextos culturales, sociales, políticos, económicos y sociales sobre tenencia de la tierra en las comunidades afrocolombianas, teniendo en cuenta la diversidad de dinámicas entre el Pacífico Colombiano y el Caribe Colombiano, porque las prácticas culturales no son las mismas, ni el concepto como tal se vive de la misma manera. En este sentido, se sugiere reflexionar sobre las lógicas históricas de las luchas por la tenencia de la tierra en el Caribe. 
5) Apoyar un proceso de fortalecimiento institucional, con base en la formación de infraestructuras institucionales con sostenibilidad que le garantice a los líderes y lideresas de los procesos afrocolombianos, estructuras y condiciones de trabajo y vida digna en los procesos de desarrollo de las políticas públicas diferenciadas y de desarrollo de las estrategias de incidencia legislativa y política a favor de los derechos afrocolombianos, en cuanto gestión y desarrollo de las dichas políticas diferenciadas.
6) Declarar en alerta y movilización permanente a las comunidades afromonterianas y en especial, a los campesinos y campesinas en defensa del territorio y en el derecho a la tenencia de la tierra, amenazada por la presencia de diversas compañías petroleras y mineras multinacionales, que amenazan con sus lógicas el derecho histórico y de supervivencia al etnodesarrollo.
7) Exigir a las autoridades departamentales y municipales, la aplicación del principio de la diferenciación positiva o enfoque diferenciado afrocolombiano en todas las políticas públicas, con resultados, metas, porcentajes concretos, indicadores de impacto, mecanismo de evaluación y seguimiento a favor de las poblaciones afrocolombianas.
8) Exigir al Ministerio del Medio Ambiente y al Ministerio del Interior, a las compañías turísticas, mineras – incluyendo a las petroleras- el respeto al derecho a la consulta previa en todos los proyectos que afecten su identidad cultural.
9) Exigirle a las secretarías de educación distritales, departamentales y municipales, el diseño e implementación de planes de etnoeducación y estudios afrocolombianos en el sistema escolar, con infraestructura, calidad y liderazgo académico y la enseñanza de los estudios afrocolombianos, dentro de los planes de estudio del sistema escolar, dando cumplimiento según la concertación, al decreto 804 de 1995 y al decreto 1123 de 1998, según el tipo de acuerdo concertado.
10) Crear mecanismos y convenios de admisión especial y permanencia a favor de la juventud afrodescendiente y fondos departamentales y municipales de créditos educativos Condonables, que fomenten el acceso a la educación superior de la juventud afrocolombiana en los estratos 1, 2 y 3.
Dado en El Carmen de Bolívar a los treinta días del mes de mayo del año 2012.
(Firmado por los asistentes al evento de las organizaciones y asistentes arriba mencionados)


Afrodescendientes reivindican la multiculturalidad de Panamá


Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas
Apdo. Postal 0816-07611, Zona 5, Panamá


AFRODESCENDIENTES REIVINDICAN LA MULTICULTURALIDAD DE PANAMÁ

Mayo del 2012, ha marcado un hito en la historia nacional. Como nunca antes, toda la nación ha volcado su mirada para reconocer y resaltar los innumerables aportes materiales, culturales y la espiritualidad de los afrodescendientes en Panamá. Tanto instituciones públicas como privadas, organizaron eventos alusivos al Mes de la Etnia Negra Nacional, ofreciendo la posibilidad a propios y extraños de participar en foros, mesas redondas, cine-debates, talleres, festivales artístico- culturales, desfiles, celebraciones religiosas, pero sobre todo de la gran campaña hacia el "Día de las Trenzas, Panamá", jornada que se cumplió el día 21 de mayo, y que en adelante queda instituido en el calendario de las efemérides nacionales para el tercer lunes del quinto mes de cada año. Sabido es a nivel nacional e internacional que el conjunto de la sociedad panameña, en esa fecha, se "trenzó" con la africanidad que en ella pervive. Fue una página de las más bellas que haya podido exhibir nuestra nación en lo que lleva de andadura el presente siglo.

No obstante lo anterior, que sin duda constituye un gran avance en términos de un mayor reconocimiento de la multiculturalidad del país, en tanto se materializó una extraordinaria visibilidad de los afropanameños, a las poblaciones afrodescendientes del país aún nos aguardan desafíos y metas por alcanzar, entre ellas una de carácter estratégico: la creación, mediante ley, de la Secretaría Nacional para el Desarrollo de los Afro Panameños (SENADAP) como entidad pública, con asignación presupuestaria y la autoridad e independencia necesarias, para velar por el cumplimiento de la Política Gubernamental para la Inclusión Plena de la Etnia Negra Panameña, y coordinar todo lo relacionado con la implementación del Plan Nacional correspondiente (2007).


Con todo y la falta de voluntad política del Estado, para atender con seriedad los problemas estructurales que afectan de manera particular a la población afropanameña, ausencia que se pone de manifiesto con la desabrida respuesta formal dada por el Señor Presidente de la República, Ricardo Martinelli Berrocal (oct. 2010) a la solicitud elevada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas para la creación de la instancia mencionada y antes descrita, reiteramos dicha solicitud y sostenemos los propósitos que en ella se expresan.

Y es que a pesar de que algunas instancias gubernamentales han mostrado mayor interés, este año, por resaltar la conmemoración del Mes de la Etnia Negra, lo cual alentamos a que se continúe haciendo, todavía falta mucho por hacer para cambiar las dramáticas condiciones en que vive parte importante de la población afrodescendiente del país. Una de ellas, cardinal por lo demás, es el destacado en el XI Censo de Población y VII de Vivienda (mayo 2010). Éste último, aunque malogrado, arrojó que el 53.9% de la población afrodescendiente de 5 a 39 años de edad no asiste a la escuela. Seguramente que en un ejercicio mucho más serio que aquel que llevó a cabo el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República "descubriríamos" que ese valor es mucho más alto. Atención señor presidente de la república y señora ministra. 

Las condiciones sumamente adversas a la población afropanameña también se advierten en los altísimos niveles de infestación de VIH-SIDA y la carencia de políticas públicas para encarar este tema; igual, por los importantes niveles de desempleo que aún acusa la población afrodescendiente en el marco del boom económico que experimenta el país. La provincia de Colón se erige como un vergonzoso ejemplo de lo anterior, sumándose a ello las deplorables e infrahumanas condiciones de vivienda, y falta salubridad pública, circunstancia ésta que también alcanza a otras zonas y comunidades con sustantivos asentamientos afrodescendientes. Cuando la juventud es víctima del perfilamiento racial, al ser criminalizada por ser pobre y diferente, este segmento de la población sufre los embates de un trato desigual en nuestra sociedad.

Todo lo anterior nos interpela, más allá de los esfuerzos realizados, porque una vez pasado el Mes de la Etnia Negra, nuestra gente seguirá sumida en la exclusión y la pobreza; porque su situación exige cambios y políticas estructurales, no slogans, jingles y pautas de publicidad en los medios de comunicación. Desde luego que éstas últimas suenan y lucen bien en pantalla, pero no resuelven para nada.

Este 30 de mayo de 2012 los afropanameños mantenemos la llama de nuestra identidad encendida, como uno de los muchos legados de nuestros ancestros, con la expectativa que ella sea una suerte de luz orientadora que nos contribuya en la lucha por mejores días.

Que nuestros esfuerzos por la inclusión plena sirva al mismo tiempo para reivindicar la multiculturalidad y plurietnicidad de la nación panameña, una en la que todos seamos tratados con la misma dignidad: la de seres humanos.

Panamá, 30 de mayo de 2012



Ver también: Exitosa jornada del Día de las Trenzas

La historia de May Ayim en Alemania


Los escritos de la afroalemana May Ayim, escritos y poesía en BlackAtlantic.

May Ayim 1990 (Blues en blanco y negro)

La afroalemana May Ayim (educadora, poeta y activista, fallecida de forma prematura), escribió el libro Blues in Schwarz-Weiss (Blues* en Blanco y Negro), una colección de ensayos, poesía y conversaciones. Se puede descargar (PDF en inglés) un extracto de su libro de forma gratuita en Blackatlantic.

Si necesita una introducción rápida, vea el video en inglés: Hope in my heart: the May Ayim's story

La caída del Muro de Berlín en 1989 reunió a los alemanes blancos, pero al mismo tiempo, excluyó las minorías éticas. "En los días inmediatamente posteriores a noviembre 9 de 1989 [la reunificación de Alemania], me di cuenta de que los inmigrantes o los alemanes negros apenas se veían en la ciudad, por lo menos sólo en raras ocasiones veías algunos de piel oscura", escribe la poeta afroalemana May Ayim en su ensayo "1990: Casa / tierra** y unidad desde la perspectiva afroalemana". En su historia escribe íntimamente sobre sus temores de un aumento del racismo y de cómo su amada ciudad de Berlín la hizo sentir "extranjera" durante la noche.

Historia completa en http://is.gd/cYgNI8 (traducción automática, traduce hasta el PDF)

Versión original en inglés en http://afroeurope.blogspot.com/


* Blues en inglés es un ritmo musical afroamericano o el plural del color azul, pero también puede interpretarse como tristeza.

** Juego de palabras entre Home (hogar, casa), land (tierra, país) y homeland (patria).

 

Barûle



Desde principios de 1600 los esclavizados negros protagonizaron una serie de rebeliones que se extendieron por todo el virreinato de Nueva Granada. En la costa Caribe, Panamá, Antioquia, Cundinamarca, y los Llanos Orientales se registraron cruentos levantamientos. Barûle Regnum fue escenario de una de las más importantes rebeliones de esclavizados: en Mungarrá (Tadó).

Entre los esclavizados rebeldes de Tadó había un grupo no precisado que tenía una característica común: habían sido traídos de Jamaica y hablaban fluidamente el inglés. No se sabe si algunos eran nativos de esa colonia británica, pero se presume que habían permanecido allí el tiempo suficiente para aprender el idioma anglo.

Estos esclavizados, llamados "jamaicanos" por su procedencia eran considerados una amenaza para los intereses de los esclavizadores por haber estado bajo la tutela de los ingleses y recibido adoctrinamiento cristiano protestante.

A la cabeza de los sublevados estaba el legendario Barûle. Se generalizó entonces un estado de alarma entre los propietarios y las autoridades españolas provinciales y virreinales. Logró confederar ahí mismo junto a los hermanos Mina (Antonio & Mateo), cerca de 2000 esclavizados procedentes de la zona de los ríos Nóvita y San Juan. Sobre fecha y lugar de nacimiento no se tienen datos, sólo aparece en el censo de esclavos de la provincia del Chocó de 1719.

En el informe sobre el hecho al concejo de Popayán, conservado en el Archivo del Cauca, el Teniente Gobernador del Chocó Julián de Trespalacios y Mier expresa su preocupación por la posible influencia de estos esclavizados sobre los demás. Trespalacios menciona, además de Barûle, a Bernabé Mina, José Nongo y Nicolás Nanga. Por la procedencia de estas personas Trespalacios relacionó la rebelión de Tadó y pueblos cercanos con los intereses ingleses en esta región minera del Chocó y con la guerra cimarrona que se había producido a finales del siglo XVII y principios del XVIII en Jamaica. Fue tan fuerte el levantamiento que obligó a los ingleses a firmar un tratado con los rebeldes. Muchos de ellos fueron revendidos y enviados a las minas del Chocó, a donde llevaron la semilla ideológica de la lucha por la libertad.

Entre las causas de la insurrección de los esclavos se tuvo que el Estado Libre de Tadó (1715) incrementó el trabajo esclavo, ya de por sí sometido al régimen de hambre y de castigos infrahumanos, violación de las mujeres y desmembramiento familiar.

Para el año 1727 los esclavos de la hacienda Mungarrá organizan su cabildo presidido por Barûle y los hermanos Mina. Así, un día inesperado del mes de noviembre, se inició la acción de guerra por libertad, matando al esclavista y catorce españoles más. Después de dominado el territorio por los cimarrones tadoseños, s. m. Barûle es proclamado rey, el palenque estructuró un gobierno autoritario con una organización militar.

De acuerdo con la tradición oral y otros estudios, se presume que Barûle provenía de una familia real la costa oeste africana y, según estudios más a fondo sobre su ascendencia africana, existen varias hipótesis: una en especial yoruba (cuyo grupo predominaba en las islas del Caribe de donde procedía), como también chamba, mina, o carabalí; esto por la integración y la comunicación que mantuvo con los minas y su tendencia a la rebeldía, propia de estos grupos.

El 18 de febrero de 1728, se da la "Guerra por la Libertad", batalla entre los cimarrones y el ejército español por la recuperación del los contornos; pero la deficiencia logística y la falta de comunicación y de experiencia entre los cimarrones originó una desventaja, que aprovechó el ejército español para ganar la contienda.

El 19 de febrero de 1728 s. m. el rey Barûle es ejecutado junto con los hermanos Mina, por el teniente español Trespalacios Mier, después de ser delatados por un cimarrón capturado y torturado.

El movimiento de s. m. rey Barûle constituyó su pensamiento en el principio de libertad y de dignidad de la comunidad negra. La predisposición y prácticas de rebeldía del rey Barûle instituyeron su ideología hacia un prototipo de libertad y el restablecimiento de la integridad de la comunidad afrodescendiente.

Hoy uno de sus descendientes – Giunëur Bomani Barûle Môsi* (director y editor de Barûle Gazette) – continúa con la lucha a favor de la comunidad negra y la 'Restauración Cultural' de todos los afrocolombianos, a través de su Movimiento Reformista Barûle Regnum, en el que se invita a la población afrodescendiente a establecer una ‘libertad mental’ y a ‘ser los jefes de nuestra inteligencia, y no los esclavos de nuestra ignorancia’.





Penúltima Sesión del Seminario Permanente Afroamérica


Universidad Nacional Autónoma de México
Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe
Sociedad de Estudios Culturales Nuestra América

Proyecto PAPIIT IN-402610 Estudios Afroamericanos:
“Aportes Africanos a las Culturas de Nuestra América”
   
INVITAN   AL
  
Seminario Permanente Afroamérica:
“Los aportes africanos a las culturas de Nuestra América”
 
Jueves 31 de mayo de 2012

 Con la participación de:

 Agustín Lao-Montes
(University of Massachusetts, EUA)

"Desafíos y Perspectivas de la Política Afrolatinoamericana en la Era del Neoliberalismo y la Crisis Global"


Piso 1 de la Torre II de Humanidades, Sala Jesús Silva Herzog,
17hrs. Ciudad Universitaria, México

Para ver la lectura sugerida de esta sesión da clic aquí

Inventar lo popular sin lo africano - Marroquín y la independencia salvadoreña



Rafael Lara-Martínez
Tecnológico de Nuevo México
soter@nmt.edu
 

Desde Comala siempre
El olvido y el error histórico son un factor crucial al crear la nación salvadoreña. ER-RLM

Al terminar su Apreciación de la independencia salvadoreña (UES, 1974), Alejandro Dagoberto Marroquín concluye lo siguiente. “En la medida en que crece y se desarrolla la cultura mestiza, más se aproxima la era de su triunfo con el cual El Salvador llegará a ser una auténtica república […] de hombres libres [sin] limitaciones mezquinas del interés económico o desigualdades provocadas por la distinta pigmentación de la piel”. El ideal de nación lo identifica una concepción romántica de fines del siglo XVIII, para la cual en cada nación (de natio, nacer étnico común) existiría una sola cultura y una sola raza.
 
A diferencia del marxismo ortodoxo, Marroquín no cree en una revolución social ni en una simple nivelación en la economía. La emancipación sería un acto de unidad racial indo-hispano, antes que de orden estructural como lo pretende la teoría clásica. Al bienestar social, el historiador agrega la exigencia de diseminar una sola “cultura mestiza” y la de eliminar toda “desigualdad”, toda diferencia de “pigmentación de piel”.

A la homogeneidad cultural, su utopía liberadora añadiría el parecido en el color como necesidad nacionalista de “la independencia salvadoreña” (1821). Dos grandes omisiones verifican esta hipótesis en la “apreciación” de Marroquín: la exclusión de sus propios datos sobre el descalabro demográfico indígena debido a las guerras post-independentistas y el silencio sobre la existencia de una población afro-salvadoreña. El ideal de una cultura mestiza única para un país liberado oculta la diversidad étnica de lo salvadoreño.
Por estas exclusiones deliberadas, su reflexión se inscribe dentro de una bio-política la cual sujetaría a todo ciudadano salvadoreño a un norma racial y cultural indo-hispana para ser considerado como tal. Sólo ese cuerpo vivo e uniforme, indo-hispano, participaría en la construcción de la nacionalidad como utopía económica por venir. Si lo indígena sólo se admite al diluirse en lo mestizo, lo africano se equipara a lo extraño. 

I. Independencia y “consunción” del indígena

Para la tragedia demográfica indígena, Marroquín detalla lo que significan las guerras fratricidas que se extienden por varias décadas del siglo XIX. Su minuciosa monografía de Panchimalco (UES, 1959, p. 97-98) ofrece una información valiosa sobre los cambios poblacionales en ese municipio para los años 1807 y luego para 1860-1890. Estos únicos datos para el siglo antepasado obligan al antropólogo a contradecir tesis en boga relativas a «la famosa “consunción”» de “la población indígena […] causada por la política de los españoles a raíz de la conquista”. Por lo contrario, las cifras de finales de la época colonial demuestran que “no hubo ningún déficit” poblacional hacia el final de ese período.
En cambio, el declive estadístico sólo lo documenta para la etapa que abarca de 1807 a 1860. Esta reducción demográfica la explica “el reclutamiento forzoso de la mayoría de los jóvenes [indígenas] en edad militar [cuyo] destino era servir de carne de cañón […] en las guerras fratricidas [lo cual] nos lo confirma la tradición [oral de] los ancianos del pueblo”.
En contraste con otras regiones de Latinoamérica, en El Salvador, la violenta vida independiente —“las guerras intestinas que abundaron tanto durante el siglo XIX”— ocasiona una disminución poblacional indígena más adversa que la provocada por la colonia. No obstante, la imaginación emancipadora indo-hispana prohíbe que Marroquín denuncie la vida republicana como una libertad abstracta que utiliza al pueblo indígena como “carne de cañón” causando su “consunción” demográfica. Lo que la antropología descubre, la historia lo esconde.


II. Lo africano bajo tachadura

Para la presencia de una población afro-salvadoreña, el documento clave se intitula Procesos de infidencia contra los próceres salvadoreños de la independencia de Centro América el cual recopila Miguel Ángel García (1940). Marroquín lo cita en varias ocasiones como prueba que estudia los diversos intentos por declarar la independencia (1811 y 1814) con documentos primarios. En una cita clave, su apreciación utiliza los procesos de infidencia para contrastar los objetivos populares con los propósitos políticos de los criollos en 1814. En específico, la página veintidós (22) de los “procesos de infidencia” oponen al presunto cabecilla popular, Pedro Pablo Castillo ((¿1780-1817?), quien llama a la revuelta, con el prócer Manuel José Arce (1787-1847), quien llama a su disolución. 

Sea cual fuere el desafío entre Arce y Castillo, lo esencial de esa página clave es que ahí mismo se asienta la participación de una población afro-salvadoreña durante la revuelta fallida de 1814. Si Marroquín retiene que Arce confiesa “aquietar, contener y disponer a la tranquilidad”, acalla que “si quinientos negros hubiera de la calidad tuya ¿ha Negro!”. Por ese silencio, su trabajo sobre la independencia concluye que la población “negra” no deja “mayores rastros en la conformación somática” del salvadoreño ni en el orden social. 

Para construir una imagen homogénea del pueblo salvadoreño, Marroquín omite la existencia de la diversidad étnica nacional. Si las fuentes califican a 1814 de “molote de pardos”, el presunto fundador de una antropología científica e historiador de corte marxista, excluye todo legado africano de la nación salvadoreña y de lo popular. Las referencias a lo afro-salvadoreño se prosiguen en las páginas siguientes de los “procesos de infidencia”, de suerte que la historia nacional debería reconocer la presencia de próceres de origen africano. 

El “molote” lo lideran “muchos mulatos del Barrio de abajo y a quienes cabeseaban o capitaneaban el Negro Franco Reyna, Juan de Dios Jaco y Tiburcio Moran”, según continúa los “procesos de infidencia”. Su influencia es tal que un historiador moderado como Miguel Ángel Durán afirma la presencia de la afro-salvadoreño en 1811 y 1814, a la vez que le concede un giro de género a la revuelta. Si en 1811,”las mujeres eran las más exaltadas [y] José Irene Aragón citó a su casa a todos los mulatos”, en 1814, “Pedro Pablo Castillo estaba solo con sus mulatos” (Durán, Ausencia y presencia de Delgado, 1961, p. 54 y 94). 

III. Final

De este breve repaso de una de las primeras investigaciones críticas sobre la independencia salvadoreña retenemos su anhelo por imaginar un pueblo uniforme, indo-hispano en su cultura y raza, como utopía emancipadora. Para lograr ese objetivo nacionalista de unidad bio-cultural, Marroquín evade mencionar su propio hallazgo sobre el declive demográfico indígena de Panchimalco luego de la independencia. Asimismo, reniega de la existencia de una población de origen africano en El Salvador, seleccionando de las fuentes primarias sólo los datos que convienen a su tesis popular anti-criollista, pero también anti-africana. Por esta doble exclusión —ante todo la que no deja rastro— Marroquín convierte a una población multiforme en un pueblo salvadoreño independiente e homogéneo.

Ante el silencio sobre la diversidad étnica de lo salvadoreño, hay que recurrir a otras fuentes menos científicas, sin un rigor antropológico, para subsanar las omisiones que Marroquín le impone a su disciplina. La literatura y la plástica serían indicadores más fieles de una presencia africana que la actualidad a penas comienza a documentar (http://is.gd/Y7gzep y Paul Lokken, “Transforming Mulatto Identity”, 2004). 

A continuación se citan varias entradas bibliográficas —en su mayoría literarias— que revelan la presencia africana en El Salvador. Lo afro-salvadoreño muestra su vigencia desde la colonia, la independencia, hasta la actualidad.

IV. Nota bibliográfica conclusiva: sobre la presencia de población africana en El Salvador, hay que leer Travels in the Free States of Central America (1857) de Carl Schezer que menciona a “muchachas [zambas] guapas” pero “degeneradas”, Júpiter (1885/9) de Francisco Gavidia (“el pueblo” alzado bajo la figura alegórica de “negro”), Mentiras y verdades (1923) de Francisco Herrera Velado cuyo personaje “lo respetaban tanto como a los cangrejos de la playa por ser negro”, La princesa está triste (1925) de Raúl Contreras, la cual identifica realeza y esclavitud con una diferencia racial estricta, blanco y negro, O-Yarkandal (1917), reino imaginario de amos blancos, de “blancura” casi “transparente”, y esclavos negros (“Krosiska [de suave matiz rosado] marcaba a sus esclavos [negros, color ébano oscuro] con hierros candentes [...] llamó a su esclava Bethez que era negra”), “El negro” en Cuentos de barro (1933) y “El cuento de Punce Negroide que se quería cheliar [blanquear]” en Cuentos de cipotes (1945) de Salarrué. Por ironía, hay que hacer invisible de nuevo lo que la historia oculta desde la colonia. También hay que leer Cuentos de sima y cima (1952) de Cristóbal Humberto Ibarra que identifica “lo negrito y lo deforme”, Poesía negra, ensayo y antología(1953) de Juan Felipe Toruño, así como Pacunes (1972) de Ramón González Montalvo, entre otros. «“En la Provincia de San Salvador de Guatimala, el año [1]625 estuvieron convocados para alçarse 2.000 negros la Semana Santa, i se supo tan a tiempo que justiciando algunos se atajó al daño. Primero octubre” (R. Barón Castro, La población de El Salvador, UCA-Ed., 1978: 163, Colección de documentos inéditos, Madrid, T. XVII, 1921: 215). Esta lista somera convida a elaborar una antología sobre la presencia africana en la literatura salvadoreña que la actualidad clamando por “la voz de los sin voz” se jacta de ignorar. 

Asimismo, al forjar el nombre literario del país, “el Pulgarcito de América”, Julio Enrique Ávila acompaña su publicación de un grabado que representa a una mujer de color con netos rasgos faciales africanos (Cypactly. Revista de Variedades, Año IX, No. 140, Agosto 25 de 1939: 1, Grabado e ilustración del Br. Ricardo Contreras. Por paradoja, este corto escrito se lee durante la celebración de “la ilustre fecha de la Independencia Nacional, en la cual al general Maximiliano Hernández Martínez se le concede el título de “Benefactor de la Patria” (La República, Año V, No. 1379, 15/septiembre/1937)). El ideal de la mujer-nación lo ofrece una descendiente afro-salvadoreña en honor a un “dictador”, mientras la antropología marxista le niega el reconocimiento a toda raza de color. La popularidad actual del mote literario del país, el Pulgarcito de América, excluye toda mención de su autor original, así como tacha la imagen pictórica africana que lo acompaña. Lo selectivo de la memoria histórica salvadoreña declara que la materia de su recuerdo es el olvido. 

En síntesis, en unión de los opuestos, lo que niegan la historia marxista y la antropología científica, lo afirma la ficción reaccionaria. He aquí una de las paradojas más flagrantes de la historiografía salvadoreña del siglo XX a la actualidad. La ficción y el arte evocan el olvido de la historia: lo afro-salvadoreño.

Fuente: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/lara_martinez_rafael/inventar_lo_popular.htm


27 de mayo de 2012

No existen políticas públicas para afromexicanos: Conapred


El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación presentó La Guía para la Acción Pública y para la Promoción de Igualdad e Inclusión, trabajo que explica la discriminación hacia este sector de la población y expone las acciones que se han llevado a cabo para evitarla.

San Luis Potosí, 27 Mayo.- En México se ha ido borrando a la población afrodescendiente, pues no existen políticas públicas para atender a este sector de la población, de ahí la importancia de La Guía para la Acción Pública y para la Promoción de Igualdad e Inclusión de la población afrodescendiente en México (PDF), dijo Conapred.

El titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Ricardo Bucio Mújica, señaló que este trabajo explica la discriminación hacia este sector de la población y expone las acciones que se han llevado a cabo para evitarla.

Pero también indica qué es lo que falta por hacer, sobre todo en materia de políticas públicas, por lo que además presenta propuestas para que exista la inclusión y la igualdad con la población afrodescendiente en territorio mexicano.

Añadió que ofrece un panorama de la discriminación que padece este sector de la población, la cual se puede considerar es una cultura menospreciada en la historia de México, ya que las comunidades de afrodescendientes en el país son poco reconocidas.

La doctora María Elisa Velázquez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien ha estudiado por más de 30 años a los afrodescendientes, dijo que México comparte con África un pasado común, ya que durante la época de la colonia arribaron al país como esclavos y participaron en la construcción del país, formando parte de la herencia cultural.

Por lo que consideró que México tiene una deuda histórica con este sector de la población en el país, ya que colaboraron a la construcción social, económica y cultural del país, sin que reciban el reconocimiento de la labor que llevaron a cabo.

Y es que en la sociedad mexicana se ha menospreciado a los descendientes de africanos, por lo que resulta importante el poder reconocer a estas culturas, ya que debido a su color de piel, se les dificulta el acceso a los sectores de salud, de justicia y a todos los bienes y mecanismos de protección de las instituciones públicas afirmó Bucio Mújica.

Una situación que repercute gravemente tanto en el nivel de desarrollo de este sector de la población, como en los proyectos de vida, ya que las opciones para los descendientes de los africanos en México se cierran.

"Tenemos casos registrados de escuelas que rechazan el ingreso de niños y niñas de este sector de la población a sus planteles", comentó y aseveró que hay que asumir que a lo que todos tienen derecho es a la igualdad.

Por lo que para apoyar a este sector de la población, se decidió realizar esta guía, que fue presentada en San Luis Potosí, con la cual se pretende evitar la discriminación y tener la inclusión de los afrodescendientes en la cultura de los mexicanos.

Para lo cual se trabajó en ocho ejes focales, que son la restitución pública de la identidad de este sector de la población en México, la sensibilización social y el reconocimiento de los aportes que han tenido a la conformación del país la población que tiene sus raíces en África.

Además de la investigación y el diagnóstico de la situación de la población afrodescendiente en México, la cual se ubica principalmente en los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Quintana Roo, para el diseño de políticas públicas adecuadas.

Otro de los ejes de esta guía, es la inclusión de este sector de la población en el desarrollo de México, a través de una política de estado que pueda garantizar la no discriminación y la igualdad real de oportunidades.

Lo que va de la mano con la formación para los servidores públicos y los operadores de justicia, tema considerado como fundamental para terminar con la discriminación hacia los afrodescendientes.

Se menciona, además, el combate a la discriminación y el racismo en medios de comunicación y espacios públicos de relación social, así como la promoción de la participación ciudadana de la población afrodescendiente.

Y finalmente un tema de gran trascendencia, que es la promoción de los derechos humanos de este sector de la población, tanto a nivel nacional como internacional.

Bucio Mújica lamentó que en México se tuviera la percepción de que no exista la discriminación.

Sin embargo, la sociedad mexicana, a pesar de que se reconoce como diversa, no se considera igual en todos los sectores y por lo tanto no acepta la diversidad de los afrodescendiente, sector que cree que no habita en el país, al creerlos extranjeros.