29 de abril de 2012

Chocó: 14 niños muertos de hambre en este año


 

Comunidades nativas denuncian grave situación.  Gobernador pide ayuda y que se declare la emergencia.

En la madrugada del pasado 15 de febrero, cuando los gallos todavía no habían comenzado a cantar, el llanto de Nilsa, una niña de solo 5 años, despertó a la familia Sintúa.

La menor, una indígena del cabildo de Andágueda, de Bagadó (Chocó), llevaba varios días con vómito y diarrea. En menos de 15 minutos y ante la mirada impotente de sus familiares, sus quejidos se desvanecieron y, con ellos, su vida.

Miembros de la comunidad hicieron un pequeño hueco en un potrero y con unas tablas le hicieron el cajón.

"Se le dejó la ropita que tenía y la envolvimos en la sábana. Así la enterramos", contó Rodrigo Sintúa, tío de la niña, quien dijo que no rezaron y que una cruz de palo marcó el lugar donde quedó sepultada.

Nilsa es solo uno de los niños que han muerto en lo que va del año por causas relacionadas con la desnutrición. En Andágueda no se ha establecido un número exacto de víctimas: el cabildo ha registrado 14 muertes y los habitantes señalan que la cifra podría ascender a más de 20.

La de Andágueda no es la única denuncia. Óscar Cerezo, del cabildo de Tiravenado, de Lloró, dijo que este año 7 niños han muerto "por falta de alimento y enfermedades".

Arsenio Dequia, del cabildo Camicad, de Carmen del Darién, reportó que en el 2012, en su comunidad, 4 niños han muerto "por diarrea y mala alimentación". Denis Cabezón, del pueblo wounaan, confirmó que en estos primeros meses del año, 4 niños han fallecido por las mismas causas.

Para David Pretel, representante del Consejo Regional Indígena del Chocó, el problema es simple: "Los indígenas están aguantando hambre".

Lo que dicen autoridades

El jefe de Planeación de Bagadó, Juan Gil Machado, confirmó que tiene conocimiento de los 14 casos de Andágueda. Explicó que existe un verdadero subregistro, pues los indígenas no reportan los muertos que sepultan en sus predios.

Según el defensor regional del Pueblo, Víctor Raúl Mosquera, en este grave asunto se confía en el reporte de las autoridades indígenas. "Esas cifras son ciertas, aunque las autoridades tienen una carencia de registro", dijo.

Para el gobernador del Chocó, Luis Gilberto Murillo, la situación de los indígenas es "muy grave" y, por eso, le pidió al Gobierno Nacional que "declare la emergencia y destine los recursos necesarios".
"A estas comunidades debe llegarles el Gobierno con programas de salud y nutrición, porque la Gobernación no tiene recursos para ello", afirmó el mandatario regional.

Agregó que en su departamento hay al menos 12.000 niños que tienen problemas alimentarios, de los cuales únicamente 2.000 reciben la atención necesaria.

"Los actores armados han confinado a los indígenas y el riesgo de las minas los alejó de las parcelas. Además, en muchas ocasiones, lo poco que producen es arrasado por los combatientes", dijo Fredy Lloreda, encargado de temas indígenas en la Gobernación.

Mientras llega la ayuda para los niños, la tumba de Nilsa seguirá marcada por una cruz de madera, la que, en medio de un clima tan inhóspito, puede desaparecer muy pronto, y tal vez hasta se olvide que ella murió una madrugada de febrero por física desnutrición.

Un problema de cultura: 'Los indígenas acuden a los centros médicos tarde'


Según el alcalde de Riosucio (Chocó), Cecilio Moreno, no se puede culpar al Estado por la desnutrición de los menores. "Los indígenas primero tratan a los niños con medicina tradicional y, cuando ya no hay nada que hacer, recurren a un centro médico", dijo. Luis Peña, de la comunidad guanac, está de acuerdo: "Aquí hay 7 niños desnutridos, según Bienestar Familiar, pero las mamás no permitieron que los hospitalizaran porque no están acostumbradas a tratar con los blancos".

JORGE ENRIQUE MELÉNDEZ P.
Enviado especial de EL TIEMPO
Quibdó (Chocó).

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