Ana Fabricia Cordoba una mujer oriunda del Chocó, fue una líder comunitaria cuyo interés radicaba en el proceso de reparación y restitución de tierras a las victimas del conflicto armado en Colombia. Esta mujer afrodescendiente, de 51 años de edad, fue asesinada el pasado martes 7 de junio en un bus de servicio público en Medellín, la ciudad donde vivía desde hacía casi diez años.
La señora Córdoba llegó a la capital antioqueaña huyendo de las bandas criminales que le arrebataron la vida injustificadamente a varios de sus familiares en el Urabá. La forzaron a abandonar sus tierras junto con sus hijos y sus paisanos, pero no guardó silencio, en sun nueva ciudad inició un movimiento para devolver las tierras de propiedad de muchas personas afrodescendientes en la misma condición de desplazamiento y en la misma ciudad. Ana Fabricia se destacó en la comunidad por ser una defensora acérrima de los derechos humanos y de las mujeres negras.
Esta valerosa mujer recibió una de las casas que donó el gobierno a los desplazados, pero no se conformó con esta vivienda. Su objetivo principal siempre fue la restitución de las tierras pertenecientes a su comunidad urabaense. Fundo la ONG Líderes Adelante por un Tejido Humano de Paz (LATEPAZ) y se incluyó en la organización Ruta Pacífica de las Mujeres. Gestionó, de esta forma, la devolución de las tierras raptadas por grupos al margen de la ley que según ella se encontraban al servicio del gobierno.
¿Por qué asesinaron a esta mujer afro? Ana Fabricia Córdoba llega a Medellín en el año 2001 después de que en el Uraba asesinaran a su esposo, tres años mas tarde su hijo aparece abaleado y muerto, y en el mes de junio de l año 2010 se sabia que su otro hijo de 19 años tenia roces con la policía en Medellín y al poco tiempo ella recibió la noticia de su muerte.
Ella fue victima de constantes amenazas durante su estadía en la ciudad; siempre las hacía publicas, pero las autoridades nunca hicieron lo necesario para protegerla. En una reunión el 29 de abril del presente año, con el delegado de la Vicepresidencia de la República, la Gobernación, la Fiscalía, la Personería de Medellín, la Defensoría del Pueblo y el secretario del gobernador de Medellín, dijo que su vida estaba en peligro. “Me van a matar y nadie ha hecho nada” afirmó. Las amenazas hacia esta incansable defensora de la comunidad desplazada nunca cesaron. Una noche de agosto del año pasado, cuando su hijo tenía 18 años, llamaron al teléfono y con tono desafiante y ofensivo dijeron: “vamos a callarle la boca a esa negra”, Córdoba en una entrevista que le realizo un canal de televisión denuncio la muerte de su hijo de 19 años de forma publica y casi que predijo su propia muerte, pero las autoridades hicieron caso omiso a sus fuertes declaraciones, permitiendo así, el asesinato de esta Afrodescendiente empeñada en hacer cumplir una ley del gobierno que al parecer en este país nunca ha trascendido de los papeles a la realidad vivida por el pueblo Afro desplazado por la violencia. La ley de victimas. Después de que Ana Fabricia realizo estas declaraciones en aquel canal de televisión, las autoridades hasta el momento han permitido que el nefasto crimen que según la difunta fue perpetuado por algunos agentes de la policía de Medellín continúe sin responsables materiales ni autores ideales del injustificado delito.
En el programa de televisión de la cadena local cosmovisión, hace dos meses atrás Ana Fabricia Córdoba dijo: “un agente de la policía tenia un roce con mi hijo y el me lo mato. Lo cogieron en la patrilla 301384 en Manrique Oriental Alto De La Cruz. Esto me puede valer mucho riesgo, pero vivir ocultando el pecado es deshonra”. Ahora ya fallecida la comunidad internacional se pronuncia, este es el caso de países como Francia que atreves de su portavoz del ministerio francés de relaciones exteriores. Bernard Valero. Condeno el asesinato de Ana Fabricia Córdoba. El portavoz reitero. “el pleno apoyo” “de París al gobierno Colombiano” “En el proceso de reparación a las victimas y la restitución de tierras expoliadas”.
Lamentablemente primero tuvo que morir para ser escuchada la líder de una comunidad desplazada que lo único que reclamo fue uno de los derechos más básico. El del territorio. Fue asesinada la vocera, la líder, la vos de un pueblo que grita en contra de la marginación de un estado al que al parecer no le interesan sus ciudadanos negros. Ana Fabricia Córdoba una Chocoana que murió por hacerse escuchar, por defender los derechos de su comunidad afro.
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