26 de septiembre de 2011

Comunicado público de la Diócesis de Tumaco sobre la situación de la costa pacífica nariñense



Ante la comunidad nacional e internacional hacemos pública la denuncia de los últimos acontecimientos de la costa pacífica nariñense que siguen afectando gravemente la tranquilidad de toda la población de esta región:

1.- Una masacre anunciada

Con mucho dolor nos enteramos de la masacre ocurrida el 26 de agosto en el resguardo indígena Awá el Gran Rosario, Municipio de Tumaco, donde fueron asesinados doce indígenas, entre ellos 5 niños.

Según las últimas informaciones fue una masacre anunciada. El defensor del Pueblo de Nariño afirmó en Consejo de Seguridad que habían emitido una Alerta Temprana sobre este caso, por cuanto una de las víctimas había denunciado ante la Fiscalía al Ejército Nacional como culpable del homicidio de su esposo, ocurrido el 23 de mayo pasado, del cual ella era testigo y por eso había recibido amenazas.

Este hecho de barbarie, donde ni siquiera se respetó la vida de un bebé de ocho meses, ha demostrado la incapacidad de la fuerza pública de proteger a la población civil. A pesar del aumento del pie de fuerza, aumentan las víctimas y la inseguridad, lo que genera una gran desconfianza de la población hacia quienes deben protegerla.

Lastimosamente lo anterior no es la única situación de grave violación a los DD.HH. y DIH. El mismo día 27 agosto cuando llevaron a los 12 indígenas Awá asesinados a la morgue de Tumaco, ya había en ésta ocho cadáveres traídos del corregimiento de Llorente, entre ellos una niña menor de edad, asesinados en días anteriores.

2. Ponemos en conocimiento también los siguientes casos que deterioran la situación en la costa pacífica nariñense:

Los asesinatos siguen sucediendo diariamente. Según datos de Medicina Legal, de enero a junio se cometieron 173 homicidios en el Municipio de Tumaco, pero otros datos confiables hablan de más de 260 homicidios.

En el mismo Municipio de Tumaco se habla de fosas comunes en el río Chagüí, Candelilla de la Mar, la Guayacana y otras en la zona de frontera con Ecuador. El fin de semana del 22/23 de agosto llegaron a la morgue de Tumaco 7 cadáveres procedentes de unas fosas comunes de la Guayacana, presuntamente asesinados hace tres o cuatro meses.

Además de los asesinatos hay 50 denuncias de desapariciones forzadas sólo en Tumaco, según datos oficiales ofrecidos a través de las emisoras locales.

En lo que va corrido del año, en la costa pacífica nariñense se han presentado diez (10) desplazamientos masivos. Entre ellos en el mes de junio se desplazaron forzosamente 517 personas al casco urbano de Tumaco de las veredas de Chilvicito, Pindales y Kilómetro 28. Entre finales de julio y el mes de agosto en los Municipios de Magüí 200 personas, El Charco unas 700 personas y en Mosquera 162 personas.

En este momento conocemos ocho comunidades confinadas en el Municipio de El Charco.

Hay 62 educadores entre ellos varios rectores amenazados, de los cuales 14 han salido de la región. Lo mismo sucede con líderes de Consejos Comunitarios y de población desplazada, que han tenido que huir de su territorio, debilitando los procesos organizativos y de conciencia social.

A pesar de las denuncias es preocupante el aumento del reclutamiento de jóvenes menores de edad por parte de los grupos armados ilegales.

Sigue creciendo la presencia de los grupos armados en los barrios, las veredas y cabeceras municipales de los municipios de la Costa Pacífica nariñense, sometiendo a la población a todos los niveles de arbitrariedades de estos grupos.

Nos preocupa sobre manera la degradación del conflicto: el irrespeto a la vida de los niños, jóvenes y mujeres y en muchos casos en estado de embarazo. En los últimos dos meses tenemos conocimiento oficialmente del asesinato, a veces bajo tortura y sevicia, de nueve menores de edad, entre ellas de tres niñas.

3. Todo lo anterior evidencia una vez más la grave crisis de seguridad por la que están pasando las comunidades de la costa pacífica nariñense, especialmente las comunidades afro e indígenas, que cada vez ven más amenazado su territorio y su proyecto de vida.

Ante este panorama violento reiteramos en nombre de Dios a los diferentes actores armados que respeten la vida de toda persona. Y a las autoridades les exhortamos que cumplan su mandato constitucional y a través de hechos concretos en defensa de la población demuestren que se puede confiar en ellos.

Reiteramos a los medios de comunicación social que no oculten la catástrofe humanitaria que está sucediendo en esta región y la visibilicen.

Apoyamos la reiterada solicitud de las organizaciones indígenas de un acompañamiento permanente de la Comunidad Internacional en esta región, que haga seguimiento a los procesos de investigación de las masacres ocurridas y permita a la vez menguar la situación de violencia que vivimos en relación a la violación de todos los Derechos.


No me preocupa el grito de los violentos, ni de los corruptos...
Lo que más me preocupa es el silencio y la 'falsa calma' de los buenos.
Martin Luther King

Diócesis de Tumaco, 28 de agosto de 2009


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